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Título
Estudio comparativo entre una cefalometría de tejidos blandos y una cefalometría de tejidos duros
Autor(es)
Director(es)
Palabras clave
Tesis y disertaciones académicas
Universidad de Salamanca (España)
Tesis Doctoral
Academic dissertations
Ortodoncia
Cefalometría
Clasificación UNESCO
3213 Cirugía
3213.13 Ortodoncia-Estomatología
Fecha de publicación
2019
Abstract
[ES]Durante los primeros tiempos de la ortodoncia, el principal objetivo de los clínicos era realizar movimientos dentarios buscando la máxima estética de la sonrisa y una oclusión favorable. Con el avance de la sociedad y la ciencia, los objetivos tanto de los pacientes como de los clínicos se vuelven más exigentes: el fin del tratamiento ortodóncico no es únicamente conseguir un correcto alineamiento y oclusión dentales, sino que los cambios producidos no supongan una alteración del perfil facial o que este cambio sea positivo para el mismo.
Por lo tanto, los ortodoncistas, empujados por la demanda estética de los pacientes, se ven obligados a estudiar los cambios que con su tratamiento de ortodoncia se van a producir en el perfil facial de sus pacientes. Es éste el que establece el límite. Es entonces cuando comienzan a surgir las cefalometrías de perfil blando.
Las percepciones de la estética son multifactoriales, con factores genéticos, ambientales y culturales. La belleza puede ser definida como el conjunto de cualidades que da placer a los sentidos o a la mente. La estética es el estudio de la belleza y, en menor medida, lo opuesto, es lo feo.
Subtenly en el 1961 afirma que el perfil esquelético está relacionado con el perfil facial. Los ortodoncistas debemos adaptar el tratamiento teniendo en cuenta los cambios que se van a producir en los tejidos blandos. Zachrison en 1998 publica un artículo donde detalla cómo debe ser la posición de los incisivos en relación con el labio para tener una buena estética facial.
Desde el punto de vista de la ortodoncia fue Angle quien firmemente sostiene que una oclusión normal lleva asociada una estética facial también normal. Helman estudió la relación de la oclusión con el perfil. Examinó 62 varones con oclusión normal y encontró que el perfil facial variaba considerablemente, un hallazgo que discrepaba del concepto original de Angle. De este modo, mirando el perfil de un paciente podemos obtener una indicación aproximada de cómo es su oclusión.
La limitación del tratamiento de ortodoncia según Ackerman y Proffit viene dada por la severidad de la maloclusión, la desproporción mandibular y el patrón de crecimiento facial. Tienen mucha importancia la presión ejercida por los labios, las mejillas, la lengua, el periodonto, los músculos, el tejido conectivo de la ATM y el contorno de la cara. Son los tejidos blandos los que establecen el límite, y si con ortodoncia vamos a perjudicar el perfil blando la solución sería la cirugía ortognática.
Halazonetis estudia sobre todo la convexidad y la protrusión labial. Sin embargo, sostiene que todavía no se han estudiado directamente la relación entre las medidas sobre el tejido duro y las medidas que se relacionan con los tejidos blandos.
OBJETIVOS
1.- Determinar el biotipo facial predominante en la población estudiada según la cefalometría de Ricketts y de Arnett.
2.- Valorar la correlación que existe entre parámetros de las escalas de la cefalometría de tejidos duros de Ricketts y la cefalometría de tejidos blandos de Arnett.
3.- Evaluar si existe correlación positiva o negativa entre las variables asociadas a las diferentes estructuras y condicionamiento de dichas variables.
4.- Determinar mediante análisis discriminante los puntos de corte óptimos para una variable de Ricketts que aumente el nivel de acuerdo con la clasificación del biotipo y clase esquelética de Arnett.
MATERIAL Y MÉTODO
La población a estudiar está compuesta por las teleradiografías laterales de cráneo de 78 pacientes españolas con edades comprendidas entre los 18 y 26 años de edad, con una media de 22 años. Los registros fueron obtenidos de una clínica privada de la localidad de Pozuelo de Alarcón (Madrid) entre los años 2014-2017.
El muestreo es consecutivo no probabilístico. Para la realización del trabajo se registraron todas las pacientes que cumplían los criterios de inclusión.
Los criterios de inclusión fueron: pacientes que acuden a la clínica para realizarse tratamiento ortodóncico; mujeres con edades comprendidas entre los 18 y los 26 años de edad; pacientes ASA I y II; pacientes de las cuales tenemos todos los registros necesarios para realizar el estudio de ortodoncia, fotos extraorales e intraorales, ortopantomografía, telerradiografía lateral de cráneo y modelos de estudio; pacientes que no han sido tratados previamente con ningún tipo de aparatología ortodóncica, bien funcional en edades con crecimiento ni con aparatología fija multibrackets, ni tratamiento con cirugía ortognática previa; radiografías de buena calidad, máxima superposición de estructuras bilaterales, máximo contraste de tejidos óseos, dentarios y blandos, y una imagen aceptable de los tejidos del perfil facial.
Los criterios de exclusión fueron: pacientes que no tengan entre 18 y 26 años o que hayan sido tratadas previamente con ortodoncia; radiografías donde alguna estructura no esté nítida.
El método estadístico utilizado fue el análisis descriptivo donde se analizan la media, la desviación estándar, mínimo, máximo y mediana. Seguido de análisis inferencial, consistente en el coeficiente de correlación de Pearson y un índice de Kappa para evaluar la concordancia entre la clasificación de Ricketts y de Arnett.
RESULTADOS
En el análisis descriptivo de las variables de la cefalometría de Ricketts analizadas se encontró que la media (𝑥̅) del ángulo interincisivo era de 129,7º; la convexidad de 1,95º; la altura facial inferior de 43,8º; la longitud del labio superior de 28,2mm; la profundidad facial de 87,5º; el eje de 89,8º; la profundidad maxilar de 89,4º; y el ángulo de Burstone de 94,3º.
A estos parámetros de Ricketts le corresponden una clasificación para la clase esquelética y el biotipo facial según unos valores como la convexidad, la altura facial inferior y el eje. Dando como resultados que según la convexidad facial nuestra población está compuesta por 47,4 % de clase I, 47,4 % de clase II y el 5,1 % de clase III.
Según la altura facial inferior obtenemos que el 43,6% de las pacientes son mesofaciales, el 37,2% son braquifaciales y el 19,2 % son dolicofaciales.
Según el eje facial el 53,9% de las pacientes son mesofaciales, el 25,6% son braquifaciales y el 20,5% son dolicofaciales.
En el análisis descriptivo de las variables utilizadas en mm de la cefalometría de Arnett analizadas se encontró que la 𝑥̅ de la distancia del maxilar a la línea vertical verdadera (LVV) es de -11,1; la mandíbula a LVV es de -14,1; el espesor del labio superior es de 11,4; el espesor del labio inferior es de 11,8; la longitud del labio superior de 23,0; la longitud del tercio inferior de la cara de 75,6; la localización del punto A´ de -1,73; la distancia del incisivo superior a LVV de -11,2; la localización del punto B´ 9,08; la distancia subnasal-pogonion de 7,43, con un índice de confianza del 95%.
A estos parámetros de Arnett le corresponden la clasificación de clase esquelética y biotipo según la armonía entre maxilar y mandíbula (SnPog´), armonía maxilar y mandíbula (A´-B´) y la longitud del tercio inferior de la cara de forma que la distribución de la clase esquelética según la armonía maxilo-mandibular (distancia Sn-Pog´) nos muestra que el 16,7% de las pacientes son clase I, el 64,1% son de clase II y el 19,2% son de clase III.
La distribución de la clase esquelética según la distancia A´-B´muestra que el 29% son clase I, el 53,8 % son clase II y el 16,7% son clase III.
La relación del biotipo facial y la longitud del tercio inferior de la cara muestra que el 26,9% son mesofaciales, el 65,4% son dolicofaciales y el 7,7% son braquifaciales.
CONCLUSIONES
1.- En la población estudiada, predomina el biotipo mesofacial, con clase I o II ósea según la cefalometría de Ricketts, mientras que según la cefalometría de Arnett, predominan las clases II con biotipo dólicofacial.
2.- La correlación entre ambas escalas a la hora de determinar la clase esquelética o el biotipo de los sujetos es escasa; sólo es concordante en el 47,5% de los casos.
3.- La correlación entre parámetros de las escalas de Ricketts y Arnett es, general, débil. Se interpretaría como moderada-fuerte sólo en 2 casos: altura facial inferior vs. longitud del tercio inferior de la cara y longitud del labio superior según ambos métodos.
4.- Existe correlación significativa entre la profundidad maxilar de Ricketts y la distancia maxilar a LVV de Arnett. Esta correlación corresponde a un grupo de sujetos a los que Ricketts considera dentro de la norma, mientras que Arnett considera un maxilar retrognático.
5.- No existe correlación significativa entre profundidad facial (Ricketts) vs. mandíbula a LVV (Arnett), ángulo interincisivo de Ricketts y espesor del labio superior de Arnett, ángulo interincisivo y espesor del labio inferior, ángulo de Burstone y espesor del labio inferior; profundidad maxilar de Ricketts y punto A´.
6.- El análisis discriminante realizado permite proponer unos puntos de corte óptimos para las variables de Ricketts para obtener la máxima concordancia con la determinación de clase y biotipo segura Arnett.
URI
DOI
10.14201/gredos.143272
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