Pedro Dorado Montero (1861-1919), conocido singularmente como penalista, tuvo por verdadero nombre el de Francisco García Martín. Nacido de familia campesina en la localidad de Navacarros (Salamanca), cursó el bachillerato en Béjar e inició sus estudios universitarios de Filosofía y Letras y Derecho en 1878-1879, finalizándolos respectivamente en 1882 y 1883. Posteriormente se doctoraría por la Universidad Central de Madrid, obteniendo una beca de ampliación de estudios en el colegio de San Clemente de Bolonia. A la vuelta de su estancia italiana Dorado obtiene una plaza de profesor auxiliar en la Facultad de Derecho de Salamanca, tras lo que en 1892 consigue la cátedra de Derecho Político y Administrativo de Granada, que permutó por la de Derecho Penal de Salamanca. Dorado Montero, ligado de alguna manera a la Institución Libre de la Enseñanza, en sus ideas se le relaciona con el positivismo jurídico y socialismo católico italianos, el anarquismo y el socialismo obrero, utilizando la pedagogía como cauce moral de la reforma social. Junto a la docencia, colaboró en numerosas revistas especializadas, siempre comprometido con la clase obrera y amigo de Pablo Iglesias y de Besteiro se convirtió en un gran penalista español y un activista político, muy participativo en la vida social de Salamanca, tuvo problemas con la parte más conservadora de sus sociedad, siendo conocida su disputa con el padre Cámara, obispo de Salamanca, en 1897, suscitando también recelos entre algunos de los docentes salmantinos. Su verdadero nombre fué Pedro Francisco García Martín, pero utilizó habitualmente los segundos apellidos de sus padres y su archivo personal fué donado en 1965 a la Universidad de Salamanca por su hija María Luisa García-Dorado. El archivo y la biblioteca de Pedro Dorado Montero fueron donados a la Universidad de Salamanca por su hija en 1965, destacando en el mismo una rica correspondencia y los manuscritos de muchas de sus obras.

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