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Título
Evaluación del potencial de los bosques de Eucalyptus globulus y Pinus radiata como sumideros de carbono en el entorno del Parque Nacional Huascarán (Perú)
Autor(es)
Director(es)
Assunto
Tesis y disertaciones académicas
Universidad de Salamanca (España)
Tesis Doctoral
Academic dissertations
Bosques de eucaliptus
Carbono
Fijación
Medio ambiente
Clasificación UNESCO
2417 Biología Vegetal (Botánica)
Fecha de publicación
2016
Resumen
[ES]Se ha calculado que los bosques mundiales contienen más del 80% del carbono
presente sobre la superficie terrestre y aproximadamente el 40% de todo el carbono
existente en el subsuelo terrestre (suelo, desperdicio, raíces). Esto equivale a casi
1.146 Pg de C.
Aproximadamente el 37% de este carbono se encuentra en las selvas, un 14% en los
bosques templados de mediana latitud y un 49% en los bosques templados de alta
latitud.
La mayor parte del carbono no está disponible; permanece integrado en las rocas y en
el interior del planeta. Pero, como ya se ha indicado, una parte muy importante del
CO2 del planeta se encuentra secuestrado de manera temporal en la vegetación
terrestre. La vegetación también libera oxígeno, se estima
que 1,0 km2 de bosque genera 1000 Mg de oxígeno al año. El carbono se almacena en
las hojas, ramas, tronco, rizomas y raíces.
Las formaciones arbóreas son buenas secuestradoras, en general, entre 20 y 200 años.
Un bosque de 200 años tiene mucho carbono histórico secuestrado, aunque su
incorporación tras esa larga vida sea inferior a la que mostraba con menos años. El
óptimo secuestro de carbono depende de la cantidad de árboles existentes por
hectárea, su composición en especies y de la edad de los individuos, además de los
factores ambientales de la zona en concreto. Los bosques
pueden secuestrar entre 3,5 y 35 Mg C ha-1 a-1, en los primeros 100 años de su vida.
Por lo general los ecosistemas forestales protegidos constituyen reservorios netos de
carbono, porque conservan en los tejidos vegetales y en los suelos grandes cantidades
de este elemento, pero una vez perturbados y degradados se transforman en
fuentes de emisión. Por consiguiente, su contribución a la mitigación o al incremento
del cambio climático depende del uso y del cambio de uso del suelo. Por otra parte,
estos ecosistemas así como las plantaciones endoenergéticas proporcionan fuentes de
energía renovable como leña o carbón vegetal con lo que contribuyen a sustituir el uso de combustibles fósiles y, con ello, a reducir las emisiones involucradas.
URI
DOI
10.14201/gredos.129634
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