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Titre
Valéry y la pintura: Un estudio de la naturaleza técnica de la pintura a través de los escritos de Paul Valéry
Autor(es)
Director(es)
Sujet
Tesis y disertaciones académicas
Universidad de Salamanca (España)
Tesis Doctoral
Academic dissertations
Pintura
Paul Valéry
Arte
Clasificación UNESCO
62 Ciencias de las Artes y las Letras
6203.05 Estética de las Bellas Artes
6203 Teoría, Análisis y Critica de las Bellas Artes
Fecha de publicación
2020
Resumen
[ES] JUSTIFICACIÓN DEL OBJETO DE ESTUDIO
La primera intuición que me puso en la senda de esta investigación, hace ya casi una
década, me vino como por efecto de las circunstancias personales de aquel momento
de mi vida. Entonces estaba recién egresado de las Bellas Artes, y me acababa de
enfrentar a un panorama desolador; a las miserias que asolaban y todavía asolan a esos
jóvenes estudiantes de artes que, recién salen al mundo, se quedan desconcertados
por la indiferencia y la falta de oportunidades. Por lo demás, se trataba de lo de
siempre, de las mismas dificultades que han sido motivo de queja para los pintores
desde el siglo XVIII, la queja habitual cuando se descubre lo obvio, que nuestra época
no necesita pintores, o muy pocos en todo caso.
Por aquel entonces residía en Madrid, y en aquel momento empecé a leer a
Valéry en francés. Sucedió porque mi director de tesina, el profesor Ángel González,
me regaló una vieja edición de las Variétés (tomo V y VI, de la NRF), anterior a la
edición de las obras completas de La Pléiade. Pero faltaría a la verdad si dijera que fue
entonces cuando se despertó en mí un interés tan especial como para emprender un
estudio largo sobre los escritos de arte de Valéry. Más bien, al cabo de los años, acabé
asumiendo la necesidad de tratar unívocamente con tales escritos, sólo por la
recurrencia que hacía a los mismos, conforme avanzaba en las lecturas y la redacción
de un conjunto de notas personales. Todo fue ocurriendo sin premeditación alguna.
Aun queriendo centrarme desde el principio en el análisis de la pervivencia histórica
de las condiciones materiales y tecnológicas de la pintura, mi objeto de estudio se
transformó paulatinamente a través de las lecturas de la obra completa de Valéry,
incluida la edición de sus cuadernos.
Valéry se refería con especial interés y reiteradamente a problemas artísticos
que me preocupaban desde mi época de estudiante, y que eran los que quería abordar
por mi cuenta, sin saber muy bien cómo ni de qué manera. La primera de tales
cuestiones tenía que ver con la elusividad de la naturaleza técnica de la pintura. Me
resultaba muy difícil explicar, no digamos ya cuantificar, qué es lo que yo mismo había
aprendido hasta ese momento “como pintor”. Al fin y al cabo, había dedicado a ese
arte mucho esfuerzo, tiempo y dedicación, pero tenía serias dificultades para realizar la auscultación de lo propio de mis saberes. Me preguntaba de qué naturaleza era el
conocimiento que tenía un artista, y especialmente un pintor o, lo que es lo mismo,
quería saber en qué se parecía y en qué se diferenciaba de otras formas de
conocimiento, no necesariamente artístico. Todo eso, a fin de reconocer algo estable
en la estructura tecnológica de la pintura, acaso un conjunto de problemas que estarían
ligados a la pervivencia de ese arte en el tiempo.
Apenas me extraña ahora que a través de algunas inquietudes personales llegara
a familiarizarme tanto con los escritos de Valéry, pues aún me parece que sus palabras
resultan agradables para un joven pintor, que su prosa destila una cierta empatía para
alguien que se inicia en un camino indolente, y que Valéry apenas oculta nada, sino
que muestra un mundo artístico en rémora, y unos modos de vida que tienen una
difícil supervivencia. Por otra parte, su planteamiento ensayístico y teórico es bastante
singular, desde un punto de vista filosófico, y no se encuentra igual en otros escritores.
Muy desaprovechado por la historia y la teoría del arte hasta el momento presente,
Valéry tenía una preocupación excepcional por los procesos internos de la producción
en las distintas artes. Su objeto de atención principal era el propio hacer, el estudio de
un conocimiento en acto –“le travail in actu”−, y de un hilo de actos mismamente, que
iba en detrimento del estudio de los objetos ya hechos –las cosas acumuladas en los
museos−; le interesa “l’action qui fait” por encima de “la chose faite”
1
.
Así pues, una vez sumergido en los avatares propios de esta investigación,
acabé descubriendo con asombro que la aproximación al estudio del arte de Valéry
también suponía una contribución notable desde un punto de vista metodológico a la
historia y la teoría de las artes. Muy pocos teóricos del arte, aparte de Valéry, han
puesto su foco de interés principal en el estudio de los procesos materiales del arte,
olvidándose casi por completo de las “imágenes”. Aun siquiera, son pocos los que
han tratado las artes como un problema de conocimiento, como si todas ellas fueran
problemas particulares de gnoseología. Valéry entendía que el ejercicio de las artes
comprometía un conjunto de operaciones técnicas, más o menos definidas en cada caso particular, que permitían aprehender la realidad en un sentido propio. Por eso
insistía tanto en el hecho de que tal vez resulte más apropiado decir que dibujamos
para observar mejor, que decir que observamos para dibujar mejor. Por esa vía de la
inversión de la voluntad y las potencias nacidas en el ejercicio de las artes, el escritor
llegó a elucidar muchos aspectos interesantes en torno a las relaciones recíprocas entre
ver, pensar y hacer.
URI
DOI
10.14201/gredos.144547
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