What we talk about when we talk about fragmentation: doing away with unity in Raymond Carver`s short fiction

Abstract

[ES]En este estudio examino cómo la fragmentación que impera en el mundo fictivo creado por Raymond Carver en su cuentario What We Talk About When We Talk About Love complementa la imagen que el autor ofrece en él del mundo real, un mundo difícilmente comprensible cuando lo analizamos a través de la lente unidimensional de la coherencia. Tradicionalmente el discurso crítico sobre Carver ha ignorado prácticamente por completo la importancia que la fragmentación tiene en este singular género narrativo. De hecho, la mayoría de los análisis de la obra de Carver en general y de ésta en particular están motivados por esa tendencia universal que nos lleva a buscar la unidad tanto en la literatura como en la vida, en la ficción y en la realidad. Aunque es posible identificar ciertos elementos de cohesión en este cuentario, la coherencia no es la característica que mejor lo define en su conjunto. Lo cierto es que no importa cuánto lo intentemos: siempre habrá más cabos sueltos que puntos en común entre los distintos relatos que componen la obra. Por lo tanto, la fragmentación, que es tan esencial como la unidad a la hora de caracterizar esta forma narrativa, es mucho más significativa en este caso. Con ella Carver no sólo consigue recordarnos la tensión que existe entre la simultánea indeterminación y coherencia inherente a este género narrativo, sino que también logra reflejar de una manera efectiva la naturaleza fragmentada del mundo al que nosotros mismos pertenecemos como lectores.

[EN]In this study I examine how the aesthetics of fragmentation dominating the fictional world of Raymond Carver’s short story composite What We Talk About When We Talk About Love mirrors the real world as a chaotic place hardly understandable when analyzed through the totalizing lens of coherence. Traditionally, criticism on Carver has virtually overlooked the key role fragmentation plays in as unique a genre as the short story composite. In fact, most analyses of Carver’s oeuvre in general and this composite in particular are indebted to the universal tendency to unify that prevails in both literature and life, fiction and reality. While it is possible to identify some connective phenomena in this composite, unity is certainly not a significant feature when it comes to characterizing it as a whole. No matter how hard we try, there will always be more loose ends than points in common between the discrete stories that conform the composite. Thus, fragmentation, which is of equal importance to this genre, certainly stands out all the more in this case. Not only is it a reminder of the tension between the simultaneous openness and cohesion that is inherent to this narrative form, but it is also an effective strategy on the author’s part in order to reflect the fragmented nature of the world to which we as readers belong.