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dc.contributor.authorVon Kotze, Astrid
dc.contributor.authorIsmail, Salma
dc.contributor.authorCooper, Linda
dc.date.accessioned2019-10-23T10:12:45Z
dc.date.available2019-10-23T10:12:45Z
dc.date.issued2016
dc.identifier.citationvon Kotze, A., Ismail, S., & Cooper, L. (2016). Social Pedagogy in South Africa: holding the tension between academia and activism. Pedagogía Social. Revista universitaria, (27), 281-305.es_ES
dc.identifier.issn1139-1723
dc.identifier.issn1989-9742
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/10366/140132
dc.description.abstract[EN] ‘Social pedagogy’ is not a familiar term in South Africa. Instead, everything to do with education outside or beyond schooling is subsumed under ‘adult education’. Community education or alternatives are generally known as ‘radical’ or ‘popular’ education’ concerned with social, economic and political transformation. Based on the pedagogy of Paulo Freire and participatory development paradigms these are rooted in the mass democratic struggles against apartheid. This paper is based on extensive research by the authors as participant observers and activists, conducted over many years into university-based adult education on the one hand, and praxis outside academic institutions, on the other. The authors have a history of engagementinworker education, and key elements of education in the non-racialtrade union movement as one ofthe mostimportant organised forces ofinternal politicalresistance are suggested as informing curricula of university-based adult education. Since 1994 and the change to democracy, adult education departments in universities have increasingly been eroded or disappeared as separate departments or programmes. Like elsewhere in the north,we have witnessed the undermining and increased professionalization and institutionalization of adult education across contexts – and with it a marked reduction in radical outlook and purpose. However, the methodological approach has remained committed to participation and dialogue, and, with the waning of community-based studentswho bringwith them extensive experience from the field,there is a consistent emphasis on other, practice-based knowledges through guest educators, and by sending students to design and conduct research and small interventions, at community level. Popular education outside the university takes numerous forms, and as an 18-month research project has shown, there are still many initiatives that target members of working class communities who have no other access to education. Much of this work is based on a ‘pedagogy of contingency’ in that itresponds directly to local needs and concerns. However, not all of the popular education practices continue the tradition of radical, conscientising education. We describe three tensions or contradictions experienced by educators concernedwith transformation;firstly,the tension between participation as a principle or a technique; secondly,the tension between individual or collective change;thirdly,the tension betweenworking ‘bottomup’ or ‘top-down’ in designing curricula and asking ‘Who leads, and who follows?’ in attempts to work democratically. We conclude that constraints and demands informed by neoliberal politics have made thework of activist academics and academic activists increasingly difficult. The paper concludes by suggesting that building global solidarity amongst adult educators who have carried their struggles from the past into the future, and younger educators who create new forms of radical pedagogy forward, are important ways of keeping social justice agendas and practices alive. [ES] La Pedagogía Social no es un término común en Sudáfrica. En su lugar, todo cuanto hace referencia a la educación que quede fuera o más allá de la escolaridad se integra en la enseñanza de adultos. La educación de la comunidad u otras alternativas son conocidas generalmente como educación radical o popular, y se ocupa de la transformación social, económica o política. Según la pedagogía de Paulo Freire y paradigmas de desarrollo participativo, esta pedagogía hunde sus raíces en la lucha democrática de masas contra el apartheid. Este artículo se basa en una extensa investigación realizada por los autores como observadores participantes y activistas, llevada a cabo durante varios años en la educación de adultos con base universitaria por una parte, y en la praxis fuera del ámbito académico por la otra. Los autores han estado comprometidos con la educación obrera, y los elementos esenciales de la educación en el movimiento sindicalista antirracista, considerado como una de las fuerzas organizadas de resistencia política interna más importantes, son sugeridos como planes de estudio de la educación de adultos con base universitaria. Desde 1994 y el cambio hacia la democracia, los departamentos de educación para adultos en las universidades se han visto cada vez más mermados o directamente han desaparecido en otros departamentos o programas diferentes. Como en cualquier otro lugar en el norte, nosotros hemos sido testigos de una extenuante e incrementada profesionalización e institucionalización de la educación de adultos independientemente del contexto -y, con ello, de una notable reducción en punto de vista y propósito. Sin embargo, el enfoque metodológico ha permanecido comprometido con la participación y el diálogo, y, con la disminución de estudiantes localizados a nivel comunitario que aporten amplia experiencia obtenida en el terreno. Por ese motivo existe un continuo énfasis en otros conocimientos basados en la práctica a través de educadores invitados, y en enviar estudiantes a diseñar y realizar investigaciones y pequeñas intervenciones a nivel comunitario. La educación popular fuera de la universidad presenta numerosas formas, y como un proyecto de investigación de 18 meses de duración ha mostrado, aún hay muchas iniciativas cuyo objetivo son miembros de comunidades de clase trabajadora que no tienen ningún otro acceso a la educación. Gran parte de este trabajo se basa en una ‘pedagogía de la contingencia’ que responde directamente a las necesidades y problemas locales. Sin embargo, no todas las prácticas de educación popular continúan la tradición de una educación radical y de concienciación. Describimos tres tensiones o contradicciones experimentadas por educadores preocupados porla transformación; en primerlugar, la tensión entre la participación como principio o como técnica; en segundo lugar, la tensión entre el cambio individual o colectivo; en tercer lugar, la tensión entre trabajar de arriba abajo o en sentido contrario a la hora de diseñar planes de estudio y preguntarnos ‘¿Quién lidera, y quién sigue?’ en un intento de trabajar democráticamente. Concluimos que las limitaciones y las exigencias de los políticos neoliberales han hecho el trabajo de los académicos activistas y de los activistas académicos cada vez más difícil. El artículo concluye sugiriendo que construir la solidaridad mundial entre educadores de adultos que han transmitido sus luchas desde el pasado hasta el futuro, y educadores más jóvenes que crean nuevas formas de pedagogía radical, es una manera importante de mantener vivas las agendas y prácticas de la justicia social.es_ES
dc.format.mimetypeapplication/pdf
dc.languageEspañol
dc.language.isospaes_ES
dc.publisherSociedad Iberoamericana de Pedagogía Social (Barcelona, España)es_ES
dc.subjectEducación popular y de adultoses_ES
dc.subjectActivismoes_ES
dc.subjectJusticia sociales_ES
dc.subjectTransformación sociales_ES
dc.titleSocial Pedagogy in South Africa: holding the tension between academia and activism.es_ES
dc.title.alternativePedagogía social en Sudáfrica: manteniendo la tensión entre academia y activismo.es_ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/articlees_ES
dc.relation.publishversionhttps://recyt.fecyt.es//index.php/PSRI
dc.identifier.doi10.7179/PSRI
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses_ES


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