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dc.contributor.advisor | Álvarez Toledo, Sebastián | es_ES |
dc.contributor.advisor | Pérez Laraudogoitia, Jon | es_ES |
dc.contributor.advisor | Torres González, Obdulia María | es_ES |
dc.contributor.author | Gómez de Segura Abrantes, Mikel Henda | |
dc.date.accessioned | 2021-01-13T11:24:57Z | |
dc.date.available | 2021-01-13T11:24:57Z | |
dc.date.issued | 2020 | |
dc.identifier.uri | http://hdl.handle.net/10366/144522 | |
dc.description.abstract | [ES]Todos los seres humanos compartimos la experiencia del tiempo, es algo esencial que está presente en todos los ámbitos de la vida humana. Nuestra percepción está claramente marcada por la temporalidad, los sucesos que percibimos se nos aparecen ordenadamente y nuestro cerebro los almacena en la memoria. Además, gracias a la ordenación temporal de la que es capaz nuestro cerebro, no confundimos nuestras percepciones pasadas con las presentes; menos aún con nuestras perspectivas sobre sucesos que esperamos o creemos que sucederán. Esta temporalidad también está reflejada en nuestro lenguaje; en este hay tiempos verbales que ordenan el relato y evitan incoherencias o contradicciones en el discurso. Gracias a la naturaleza temporal del lenguaje podemos afirmar que antes P y ahora ¬P, pero, sin ella, caeríamos en una contradicción evidente al afirmar que P y ¬P. No obstante, el tiempo no parece un fenómeno interno del ser humano, al menos, no exclusivamente. Cuando observamos el mundo, constatamos su constante cambio y advertimos que unas cosas dan origen a otras, o más bien, unas cosas se transforman en otras. Observamos que ciertos objetos o sistemas, se componen a partir de la descomposición y la combinación de otros objetos o sistemas. Además, este componente físico se nos presenta como una característica esencial del mundo que no es posible pasar por alto. No me estoy refiriendo a un fenómeno o realidad abstracta, sino a una característica fundamental que determina el éxito o el fracaso de los organismos vivos del planeta. Si no fuésemos capaces de adaptarnos a los cambios que se dan en el mundo difícilmente podríamos sobrevivir. Este es un hecho que podemos observar fácilmente en la naturaleza, incluso en los seres vivos que carecen de sistema nervioso central. El ciclo vital de las plantas está perfectamente sincronizado con los ciclos estacionales del planeta, así como con los ciclos de noche y día. Lo mismo ocurre con los animales, estos establecen una relación más estrecha aún con el tiempo: aprenden de la experiencia (pasado), son capaces de idear planes (futuro) para satisfacer sus necesidades (presente) y reaccionan ante sucesos imprevistos de su entorno, como un peligro inminente. El animal humano, concretamente, ha llegado a tal nivel en su relación con el tiempo, que ha dividido toda su existencia temporalmente. Fracciona la historia del mundo en eras, la de la humanidad en edades, planifica la duración de los estudios, la entrada y salida del mercado laboral, sincroniza las relaciones personales, el trabajo humano y el de las máquinas… En resumidas cuentas, nuestra realidad está impregnada de temporalidad... | es_ES |
dc.language.iso | spa | es_ES |
dc.rights | Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional | * |
dc.rights.uri | http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/ | * |
dc.subject | Tesis y disertaciones académicas | es_ES |
dc.subject | Universidad de Salamanca (España) | es_ES |
dc.subject | Tesis Doctoral | es_ES |
dc.subject | Academic dissertations | es_ES |
dc.subject | Metafísica | es_ES |
dc.subject | Tiempo (Filosofía) | es_ES |
dc.title | Tiempo y cambio: una interpretación relacional | es_ES |
dc.type | info:eu-repo/semantics/doctoralThesis | es_ES |
dc.subject.unesco | 7203.03 Metafísica, Ontología | es_ES |
dc.subject.unesco | 7206.03 Filosofía del Espacio y Tiempo | es_ES |
dc.identifier.doi | 10.14201/gredos.144522 | |
dc.rights.accessRights | info:eu-repo/semantics/openAccess | es_ES |